Después de Watterson no se debería decir nada más, peeeeero....

martes, 9 de febrero de 2010

Ay, Maruxa...



No, no os creais que estoy hablando de la Maruxa operística de Amadeo Vives. Obviamente, por si alguien hasta ahora no se había enterado, lo hago de otra ilustrísima gallega que, al fín, tiene su primera conmemorativa.


Parece mentira que hayan tenido que pasar 15 años desde la muerte de Maruja Mallo para que su obra se haya reunído por primera vez para mostrarse al gran público. Pero parece aún más increíble que, durante su larguísima existencia -también artística-, esta verdadera vanguardista no contara con esa muestra que catapultara su talento al lugar en el que se tendría que haber encontrado desde hace mucho tiempo.



La historia de Mallo, no obstante, y pese a la vitalidad y alegría que siempre demostró según me cuentan los que la conocieron, parece triste. Desheredada del 27 como otras tantas mujeres modernísimas que vieron como sólo sus colegas de género masculino pasaban a los manuales de arte y literatura; desclasada del surrealismo por la eterna misoginia de Bretón, un facha que se erigió como dictador del movimiento seleccionando quién y por qué y por qué no debía formar parte del grupo; es decir, era surrealista, y pasaba desde ese momento a forma parte de la "entreprise divine" del arte de los treinta y cuarenta.

Desheredadas del surrealismo hubo muchas, muy a nuestro pesar. Porque el trabajo de artistas como Maruja Mallo, Ángeles Santos o Remedios Varo, habría ayudado a contar una historia muy distinta del arte, quizá algo menos "surrealista", y valga la paradoja. Todas ellas, desde su posición en absoluto privilegiada, se comprometieron con su arte, con su tiempo y, sobre todo, con la modernidad, aunque la Historia que nos cuentan los libros se empeñe más en sus relaciones con personajes como Neruda o Rafael Alberti.


Exiliada durante la Dictadura en Buenos Aires, su obra, hasta bien entrada la séptima década de su vida, no dejó jamás de variar desde el "tipismo moderno" de sus cuadros de los diez, y los regionalismos de los 20 al surrealismo del que es inmejorable ejemplo, pasando por sus magníficos cuadros geométricos y hasta sus popizantes -avant-la-létre- retratos femeninos.


Sorprenden sus obras, sorprende su modernidad y sorprende, sobre todo, el trabajo de esta gallega visto a través de los múltiples dibujos preparatorios de sus obras.

Y sorprende, sobre todo, su propio personaje: Maruja Mallo, nacida como Ana María Gómez González en otro exilio- el de sí misma- que le llevó a crear ese verdadero "character" bautizado por Dalí como "mitad ángel, mitad marisco" (y es que él, como Bretón, también admiraba a las mujeres a su manera, a medio camino entre la eterna "virgen niña" y la mortal "vagina dentata"). Recuerdan en su única biografía hasta la fecha - qué increíble-, cómo a su llegada al Madrid de finales de los setenta, que la acogió a la luz de los nuevos tiempos como paradigma a imitar (hace poco hablaba aquí de otro rescate artístico ejemplar, el de Carlos Berlanga, para quien la Mallo fue uno de sus ídolos patrios), pronunció la misma conferencia que décadas atrás, daba cuenta de su expulsión del grupo surrealista. Performática siempre, como prueban bien todas esas fotografías-performances que anticipan en mucho el trabajo de la Sherman, cambió el discurso en su relectura para acabar afirmando, casi daliniana, algo parecido a que, a fin de cuéntas, qué importa lo que digan los libros: el surrealismo soy yo.


Por supuesto, nadie debería perderse su exposición en la Academia de Bellas Artes de San Fernando (¿no deberían ser los museos nacionales quien cogieran el guante de este tipo de iniciativas?), comisariada por Juan Pérez de Ayala con la colaboración de Fernando Huici, donde podrán ver, además, la obra hasta ahora inédita - ¡y cuántas más habrá!- "Antro de fósiles", de 1932, rescatada por el galerista Guillermo de Osma

Para saber más de la Mallo, además del impresionante catálogo editado en tres volúmenes (uno de ellos, incluyendo dos DVD´s imprescindibles sobre la artista), se recomienda - para quien pueda encontrarla- la biografía "Maruja Mallo: La Gran Transgresora del 27" de Jose Luis Ferri y la que le dedicó mi siempre admirada mentora, Estrella de Diego, publicada en 2008 por la Fundación Mapfre.
No está de mas echarle un vistazo al catálogo de la exposición "Fuera de Orden; Mujeres de la vanguardia española", también de la Mapfre y también de De Diego junto a Fernando Huici, y, desde luego, huir de la última aportación de la Fundación al tema con "Amazonas del Arte Nuevo" de Pablo Jimenez Burillo y Josep Casamartina, quienes heredan el vicio de la inefable Victoría Combalía de utilizar el paternalista y machista adjetivo de "Amazona" cuando de hablar de mujeres artistas se trata.

Para ver a la Mallo en directo (todo dicción, locuacidad y personaje), pincha aqui